A medida que los volúmenes de remesas a México comienzan a mostrar signos de desaceleración, la eficiencia en la entrega se vuelve aún más crítica. La atención se está desplazando de cuánto se envía a cómo llega ese dinero. En un mercado en el que el crecimiento ya no está garantizado, la experiencia y la fiabilidad a la hora de hacer llegar rápidamente los fondos al destinatario pueden definir quién sigue ganando cuota.
Datos recientes muestran el punto de inflexión. En junio de 2025, las remesas cayeron un 14,3% en comparación con el mismo mes del año anterior y, sin embargo, más del 99% de las transferencias del primer semestre del año se siguieron completando electrónicamente (BBVA Research). La demanda sigue ahí, pero el mercado es cada vez más digital y más eficiente.
Para superar los retos actuales, la fortaleza operativa es clave. Aquí es donde SPEI sigue ganando terreno como el canal líder de liquidación en tiempo real para remesas, ayudando a las fintech globales a ofrecer velocidad, fiabilidad y alcance a escala.
El nuevo panorama de las remesas en el país
Tras alcanzar máximos históricos en 2024 con 64.700 millones de dólares en remesas, los volúmenes empezaron a disminuir debido a las incertidumbres políticas y a la reducción de los flujos migratorios (Banco de México; BBVA Research). Aún así, México sigue siendo uno de los principales destinos mundiales de las entradas de remesas. El verdadero cambio no es de relevancia, sino de comportamiento.
Las remesas son ahora digitalespor defecto. Los remitentes transfieren con más frecuencia, en billetes más pequeños y a través de aplicaciones en lugar de por canales basados en efectivo. Los receptores también esperan acceso inmediato en cuentas y monederos locales. En esta realidad, una infraestructura eficiente no es solo una opción de backend, sino que forma parte del producto.
SPEI encaja en este momento porque permite la entrega local instantánea al tiempo que mantiene la trazabilidad y previsibilidad de los pagos para los proveedores. Cuando los márgenes se estrechan, esa combinación es importante.
El ferrocarril de cercanías que conecta el mundo con México
SPEI se ha convertido en el principal carril local para las fintechs internacionales que procesan pagos en México. El mercado ha cambiado hacia transferencias más rápidas y directas, y SPEI apoya esto aleliminar intermediarios, reducir los tiempos de liquidación y permitir la entrega localen tiempo real.
Su estructura permite a los proveedores de remesas operar con mayor transparencia, menores costes y una conciliación más rápida, lo que es especialmente crítico en un mercado que se enfrenta a márgenes más ajustados y a una dinámica reguladora cambiante.
La inversión continua del Banco de México en esta infraestructura refuerza su relevancia a largo plazo. Desde 2021, ha estado desarrollando el SPEI 2.0, una versión de próxima generación diseñada para soportar la creciente complejidad y escala de los flujos financieros modernos. Esto incluye:
- Procesamiento asíncrono para gestionar operaciones simultáneas a gran escala
- Soporte multidivisa para transferencias transfronterizas sin problemas
- Blockchain e IA para reforzar la seguridad, la automatización y la prevención del fraude
- Mayor interoperabilidad entre bancos, fintechs y plataformas globales.
Qué esperar del futuro de las remesas
A medida que las fintech digitales ganan terreno, las remesas ya no se basan únicamente en el precio, sino que la experiencia del usuario es ahora el motor de la competencia. La reducción de costes se debe a la simplificación de las operaciones, mientras que los nuevos canales de recepción, como los monederos, los SPEI y las redes minoristas, han contribuido a reducir el uso de efectivo y a ampliar el acceso.
Al mismo tiempo, stablecoins como USDT, USDC y USDG están emergiendo como rieles de liquidez global, conectando las transferencias digitales con la liquidación local instantánea. Aquí, SPEI se vuelve aún más estratégico, permitiendo la conversión en tiempo real a pesos mexicanos.
Para los actores transfronterizos, la capacidad de conectar los carriles locales como SPEI a la tecnología global con velocidad, seguridad y cumplimiento es un cambio de juego. Sin embargo, el panorama normativo y técnico de México puede ser difícil de navegar.
El futuro no consiste sólo en mover dinero, sino en tender puentes entre divisas y economías mediante flujos digitales fluidos.
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